En
«Apología de Sócrates», texto que narra el juicio de éste, su discurso sobre su
inocencia, etc., acaba resultando culpable por decisión de la mayoría y
condenado a morir. Pese a esto, es encarcelado ya que durante la celebración al
Dios Apolo no se podía ejecutar a nadie en la ciudad. Critón, un amigo bastante
adinerado de Sócrates, aprovechando la coyuntura, lo visita en la cárcel y le
ofrece huida hacia algún lugar seguro, proponiéndole de ser necesario, su casa.
Escrito
en forma de diálogos, se inicia con Critón y Sócrates. Critón le hace la
propuesta a Sócrates y este la rechaza; fiel defensor de lo Justo, Sócrates expone
que lo correcto es que si uno considera que una Ley es injusta, debe tratar de
modificarla, mas nunca violentarla. En ese momento se inicia un diálogo entre
Sócrates y las leyes.
Para
los atenienses las leyes son la base de la democracia. Las leyes exponen primero
que su existencia permite que el padre despose a la madre y se engendre un hijo
como ciudadano libre y con derechos, criado y educado, luego que lo que el
individuo considera justo no puede anteponerse a lo que las leyes consideran
justo, pues el primer deber es con la Patria. Quien incumple las leyes es tres
veces injusto «porque le hemos dado la
vida, y no nos obedece, porque lo hemos criado y se ha comprometido a
obedecernos, y no nos obedece ni procura persuadirnos si no hacemos bien alguna
cosa. Nosotras proponemos hacer lo que ordenamos y no lo imponemos
violentamente, sino que permitimos una opción entre dos, persuadirnos u
obedecernos; y el que no obedece no cumple ninguna de las dos.» (1).
De
segundo, las leyes exponen que Sócrates llevaba toda su vida viviendo en Atenas
y que por tanto aceptaba sus leyes, entonces, ¿qué le hacía ahora violentarlas
cuando bien pudo solicitar el destierro en su juicio para evitar la pena de
muerte o bien pudo haberse ido a vivir a cualquier otro lugar hace mucho? Si
huía estaba siendo incoherente consigo mismo e injusto con los demás ya que iba
contra las leyes.
Con
lo expuesto, Sócrates consigue convencer a su amigo Critón de la justicia de
las leyes y que violentarlas era obrar injustamente.
El
texto filosóficamente hablando constituye una defensa de la Ley.
(1):
Platón – Critón, Ed. Gredos. Pág. 43
No hay comentarios:
Publicar un comentario