miércoles, 31 de enero de 2018


La experiencia histórica nos enseña que el hombre nuevo se forja en tanto: 1) Las grandes masas explotadas se reconocen a sí mismas como los explotados, como los sin nada, como aquellos mandados a cumplir la tarea histórica inmediata de abolir los antagonismos de clase eliminando a la burguesía, en concreto: el proletariado, en conjunto los obreros y campesinos; 2) La lucha de clases, la guerra: las masas explotadas alimentan su moral y conciencia desalienándose contra sus explotadores mediante la violencia y la insurrección: «El proceso de las batallas de clases es la gran escuela en que la conciencia revolucionaria del pueblo crece no por días sino por horas». (Joseph Stalin) y; 3) Existen las condiciones materiales para la reproducción de este: el hombre nuevo no puede nacer en las condiciones existentes del sistema socioeconómico capitalista.

En el momento presente se pretende retransformar al ser humano mediante los locales alternativos, los "espacios anticapitalistas" y otros tantos fenómenos de la posmodernidad que no hacen más que adaptarse a las condiciones actuales y fluctuan. Estos lugares jamás podrán reproducir o crear hombre nuevo alguno ya que no rompen con el orden socioeconómico vigente, que no es cuestión de una cuadra sino estatal. ¡Ya lo dijo Lenin! «Salvo el poder todo es ilusión». Si pretendemos educar a las masas y construir al hombre nuevo entre nuestras tareas inmediatas está la reconstitución de los Partidos Comunistas en cada país y su adhesión al marxismo-leninismo-maoísmo como tercera etapa y desarrollo del marxismo, constituirse como Partidos de combate y luchar para la construcción de "Bases de apoyo" y así desarrollar la Guerra Popular rumbo al comunismo.